domingo, 26 de enero de 2014

Dispara, yo ya estoy muerto


No hay nada como empezar el año leyendo un gran libro y éste, sin lugar a dudas, lo es. Si no me falla la memoria, me he leído todos los libros publicados por Julia Navarro pero este último me ha gustado mucho más que todos los anteriores. Supongo que tiene que ver con la historia que cuenta que al seguir estando tan de actualidad no deja de fascinarme. Además, tengo debilidad por los libros que te cuenta la Historia disfraza de novela.
En este libro nos narra el conflicto palestino-israelí desde principios de siglo XX a lo largo de la vida de dos familias: los Ziad y los Zucker, y todos los que tienen a su alrededor y nos ayudan a entenderlos. Cuando Palestina era una parte del Imperio Otomano y los primeros judíos que allí fueron, huyendo, eran los que venían de los pogromos de Polonia y Rusia. Una época donde convivían judíos y palestinos y lo que querían era compartir la tierra pero que al final hizo que se enfrentaran y hoy todavía siguen enfrentados.
Aunque es un libro extenso, se lee con mucha facilidad, la historia te atrapa desde el principio, quieres saber qué les pasa a los personajes, cómo van evolucionando, cómo crecen y al final mueren y cómo la historia y los conflictos les terminan afectando personalmente y en las relaciones entre ellos. 
Y hasta aquí voy a contar... Un libro estupendo para empezar el año y pensar en el verano ya que el destino de estas vacaciones es Israel. Aunque con lo mucho que me ha gustado el libro no sé si podré esperar hasta agosto para conocer Jerusalén.
Próxima lectura: Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño.