martes, 29 de noviembre de 2016

Cómo se hace una chica



Conocí la existencia de este libro a través del programa Página 2; único programa de la televisión sobre literatura, programa que me encanta y que procuro ver y apuntar las novelas recomendadas. Las entrevistas a los autores también hacen que me enamore de la novela sin leerla y este ha sido uno de esos casos. Su autora me pareció una mujer extraordinaria y muy inteligente y este libro me ha parecido también de un nivel de inteligencia superior.
Johanna vive en una pequeña localidad, dentro de una familia numerosa y en una situación casi de extrema precariedad económica. Su padre no vio cumplida sus promesas de triunfar en la música y su madre está en plena depresión post parto tras el nacimiento de los gemelos. Johanna sólo tiene catorce años pero ya sabe que necesitar hacer algo con su vida. Y viendo un posible futuro empieza a devorar las revistas musicales de la biblioteca y a alquilar los discos de los que hablan y poco a poco se convierte en crítica musical. Es así como se convierte en Dolly Wilde, una nueva mujer adolescente que se va abriendo paso en el mundo musical, entre crítica y crítica, entre concierto y concierto; y que a base de beber, fumar y contarnos sus encuentros sexuales intenta convertirse en un adulto.
Pero Johana no deja de ser una joven de provincia que sólo quiere ser alguien y es por ello que se verá envuelta en mil historias distintas ya que quiere estar en todas partes y con todo el mundo y hacer lo que todos hacen. Quién no se siente identificado aunque sea un poco con ella.
No hay que darse prisa por crecer, todo llega y hay que intentar disfrutar de cada uno de los pasos y no querer correr. Nuestra protagonista y narradora así nos lo hace saber a lo largo de sus páginas.
Este libro es divertido, salvaje, inteligente, ingenioso... lo tiene todo. Y una novela que comienza con una adolescente masturbándose en su cama ya dice mucho de lo que nos podemos encontrar en sus páginas.
Próxima lectura: La luz que no puedes ver, de Anthony Doerr.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El secreto de Vesalio



Había leído muchas buenas crítica de esta novela y no me ha decepcionado aunque la vuelta de más que da en el final no estoy segura de que me haya gustado. En  cualquier caso, es una gran novela, con una lectura fluida y agradable que engancha desde las primeras páginas.
Daniel Amat vuelve a Barcelona, tras siete años de ausencia, para el entierro de su padre, un conocido médico de la ciudad. Estamos en el año 1888 a las puertas de la Exposición Universal y todo el mundo está muy implicado en ello. Por eso la aparición de unos cadáveres con signos de violencia no pueden salir a la luz. Daniel va descubriendo que su padre era distinto a quién creía y que parece que su muerte no fue un accidente, por lo que decide seguir con su investigación ayudado por el periodista Bernat Fleixa.
Ellos dos empiezan una investigación para tratar de descubrir quién está detrás de estas crueles muertes y con la ayuda de Pau Gilbert, estudiante de medicina, se adentrarán en las cloacas de la ciudad y en la parte menos noble tratando de seguir las pistas que el padre de Daniel les ha dejado. Todo parece indicar quién se esconde tras los asaltos pero encontrarlo y dar con él, resulta más complicado de lo que parece. Sobretodo porque ni las autoridades les ayudarán, más centrados en los avances que quieren mostrar en la Exposición Universal.
La novela está perfectamente ambientada en estos años de Barcelona, una ciudad que está creciendo, donde empiezan las revueltas de trabajadores y que poco a poco va avanzando hasta convertirse en una de las principales ciudades del mundo como es hoy en día. Parece que está escrita en estos años y no en el momento actual lo que es muy de agradecer para el lector. Espero que todos los que se adentren en su páginas y sus conocimientos disfruten de su lectura tanto como yo lo he hecho.
Próxima lectura: Cómo se hace una chica, de Caitlin Moran.

sábado, 12 de noviembre de 2016

El aroma del crimen



Primera novela de este cocinero y escritor, o por lo menos primera novela publicada y la verdad es que me ha encantado. Una novela negra con todos los ingredientes para sorprender y también para ser llevada al cine o a la televisión; me podía ir imaginando los distintos personajes en actores conocidos.
Vicente Parra es un inspector de la Ertzaintza al que le son asignados dos casos para intentar esclarecerlos. Uno de ellos es el asesinato en su propia casa de la diseñadora Elena Castaño, salvajemente apuñalada, en lo que parece que el motivo es un robo. Y el otro es la muerte de un joven bedel de la Universidad por insuficiencia renal, aunque investigando al joven parece que llevaba un tren de vida que no se correspondía con su sueldo y además la autopsia revela que la enfermedad que le llevó a la muerte tenía un origen provocado.
A partir de estos datos Vicente intentará averiguar qué es lo que ha sucedido y es así como descubre que todos los sospechosos están de algún modo relacionados con el mundo de la gastronomía; tan vital en un ciudad como San Sebastián. Así que esta novela negra es también un viaje por los sentidos a través de distintas comidas y texturas que nos van abriendo el paladar y que a la vez nos hacen preguntarnos cuál será el aroma del crimen.
Lógicamente ante una novela de este género, tan solo se pueden dar las bases de su lectura, intentando que de esta forma el posible lector tenga curiosidad por adentrarse en sus líneas. Si con mi breve argumento no lo he conseguido no me queda otra que pedir disculpas y que aún así lean la novela porque de verdad que merece la pena. No he podido dejar de leer ni de imaginar todos los platos que nos narra. El apetito y el aroma están constantemente presentes en el libro y aunque al principio parece un poco lioso tanto personaje, la verdad es que sin darte cuenta vas conociéndolos a todos e incluso imaginando qué es lo que ha sucedido.
Creo que esta es la primera novela de un conjunto de cuatro que, por supuesto, seguiré leyendo.
Próxima lectura: El secreto de Vesalio, de Jordi Llobregat.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Un otoño romano



Roma es una ciudad impresionante, nadie se queda indiferente ante tanta belleza. Tras cualquier esquina puedes encontrar algo que te deje sin palabras, y además el Vaticano nos sorprende con multitud de obras de arte de los mejores autores de todas las épocas, desde romanos a renacentistas y barrocos.
Si ya de por sí me sentía enamorada de Roma, tras leer esta novela tengo una necesidad imperiosa de volver a visitarla. Tengo la impresión de no haberla aprovechado como debería y eso que las dos veces que he estado nos hemos pateado la ciudad de arriba a abajo aunque ahora veo que lo más característico lo tenemos visto pero nos queda mucho por ver ya que cualquier pequeña iglesia te puede sorprender con una escultura o fresco de algún gran escultor o pintor conocido o no.
Javier Reverte nos retrata Roma como un diario durante aproximadamente tres meses: sus paseos por la ciudad y sus comidas y bebidas que va disfrutando con ella. A modo de diario nos cuenta sus andanzas diarias, las personas que va conociendo, nos enseña cómo ama a la ciudad y además nos muestra lo que otros autores opinaron de Roma. Son muchos los escritores que disfrutaron también de la ciudad y que desearon plasmar sus experiencias en muchos libros. Javier Reverte nos enseña también lo que estos autores aman de la ciudad, cómo la vivieron en su momento y cómo ha cambiado a lo largo de los siglos, aunque su singular belleza sigue como siempre.
El paseo a través del Foro romano es espectacular,  con el Coliseum al fondo; vas caminando por allí y pensando que todo eso ha ocurrido hace muchos siglos y que por suerte podemos seguir disfrutándolo. Roma fue centro del mundo y su belleza sigue vigente en toda ella. Las ruinas no los parecen porque siguen conservando toda su fuerza y podemos imaginar cómo fue este Imperio.
El Vaticano encierra muchas obras de arte, principalmente de Miguel Ángel y Rafael, la Capilla Sixtina y los frescos de las distintas salas nos ofrecen sus muchas y bellas obras de arte. La Piedad de Miguel Ángel que podemos apreciar en San Pedro es de una belleza sobrecogedora, su visión deja sin palabras a todo el mundo.
Se podría hablar y escribir sobre Roma durante muchísimo tiempo. Este libro te ayudará a apreciarla más si ya la conoces y te hará ir a ella si no tienes la suerte de haberla visitado. Una bella lectura sobre una de las ciudades más bonitas del mundo.
Próxima lectura: El aroma del crimen, de Xabier Gutiérrez.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Música para feos



Mi primera incursión en Lorenzo Silva, me da vergüenza reconocerlo pero ha sido así. Escritor madrileño más que conocido por sus numerosos libros y relatos, no me había llamado la atención hasta que leí la sinopsis de esta novela. Una historia de amor que no lo parece pero que te deja con un nudo en la garganta.
Mónica y Ramón se encuentran una noche en un bar en el que ninguno de los dos parece sentirse cómodo. Ella, periodista de casi treinta años, está amargada de la vida, con un trabajo que detesta pero que necesita para vivir, sin ganas de nada y sin un futuro a la vista. Él, cuarenta y alguno, parece que sabe mucho de todo pero no quiere preguntas porque no quiere dar respuestas, es mejor no conocerse tanto. Un encuentro fortuito que cuando una semana después reviven, será el comienzo de una bonita historia de amor. Ya no habrá vuelta atrás y su historia empezará a rodar como algo natural entre dos personas que se quieren.
Mónica nos narra en primera persona su historia, para ella, para soltar todo lo que lleva dentro y para un posible lector que quiera comprenderla y entenderla. Es así como nos empuja a través de sus sentimientos hacia su bonita historia, porque como ella misma dice, Ramón "es lo único limpio y hermoso que de veras he tenido". Este amor va a ser el que le haga cambiar. A partir de él y gracias a Ramón, se irá convirtiendo en la persona que siempre ha deseado, y más fuerte para comprender todo lo que le ocurre a partir de aquel encuentro en una noche en un bar cutre de Madrid.
La novela me ha dejado sin palabras, con un nudo en la garganta y en el estómago, entendiendo y queriendo a Mónica y a Ramón y dando gracias porque se hubieran conocido.Un gran libro.
Próxima lectura: Un otoño romano, de Javier Reverte.

martes, 1 de noviembre de 2016

Cabaret Biarritz



Creo que nunca había leído un libro así escrito. Ha sido un descubrimiento muy grato y poco a poco he ido desentrañando la historia, al igual que lo hace el protagonista encargado de llevar a cabo una novela sobre lo ocurrido en el verano de 1925 en Biarritz. George Miet recibe el encargo de su editor para escribir acerca de lo acontecido aquel año en la localidad veraniega de Biarritz.
Parece que el punto de partida es la aparición del cadáver de la joven ayudante de la librería que con apenas 16 años aparece muerta en el puerto, pero pocos días antes también se produjo el terrible accidente de una mujer inglesa y su hija que debido a las mareas de la zona se vieron impedidas para salir del agua y que terminó con la muerte de la madre y de un artista local intentando rescatarlas. Y además, pocos días después, también se producirá otra desgracia que el lector descubrirá pronto.
A través de las entrevistas a los distintos personajes protagonistas de aquel verano en Biarritz, se van descubriendo los sucesos acaecidos ese verano y poco a poco vamos conociendo a todos ellos, incluso sabiendo sus oscuros pasados. Es así como el lector acaba descubriendo qué es lo que ha pasado realmente porque lo que parece una serie de desgracias en realidad esconden algo detrás y es lo que se tratará de descubrir.
Así conocemos a un escritor de la zona, Vilko, y un fotógrafo que le suele ayudar en sus reportajes. Ellos son los primeros que dan la voz de alarma al ir descubriendo ciertos asuntos no aclarados en la investigación. Con ellos y los demás protagonista de la historia, Miet va descubriendo lo que ocurrió aquel verano y el lector llegará a las misma conclusiones.
Una novela trepidante, ingeniosa y muy recomendable.
Próxima lectura: Música para feos, de Lorenzo Silva.