martes, 26 de junio de 2018

El rabino



La verdad es que Noah Gordon es un gran contador de historias. Uno de los escritores más reconocidos y vendidos en esta época y cuyas novelas son auténticos cuentos que nos llevan por el camino de sus protagonistas, creciendo con ellos y contemplando como se desarrollan en la vida.
Esta novela nos narra la historia del rabino Michael Kind. Cuando se encuentra en la madurez de su vida y ante una situación complicada en su vida personal, empieza a recordar cómo ha sido su vida hasta entonces y cómo ha llegado a ser el rabino que es hoy en día.
Sus abuelos fueron inmigrantes judíos en New York y aunque sus padres le educaron en una gran libertad y tolerancia, siempre estuvo muy influido por su abuelo, judío ortodoxo y para el que la religión era muy importante. La íntima relación que siempre tuvo con él ha dejado una honda huella y aunque sus pasos en la vida y su educación parecen ir por otros caminos, al final decide convertirse en rabino e intentar, a través de su cultura y su religión, ayudar a que este sea un mundo mejor. Es así como comienza como rabino itinerante, viajando durante meses para atender a pequeñas comunidades judías aisladas en pequeñas poblaciones. En uno de estos viajes conocerá a quien se convertirá en su futura esposa, una mujer que por amor a él se convertirá al judaísmo y que se convertirá en el pilar de su vida. Juntos formarán una familia y serán solo uno ante los obstáculos que se encuentren en su camino.
Así la novela nos va contando la historia de Michael, las distintas comunidades por las que pasa en su labor de rabino, su amor por el judaísmo y todos aquellos que le han influido en su vida. Él siempre intentará hacer lo mejor para todos y ayudar en la medida de lo posible pero, como cualquier persona, también se encontrará con dificultades y problemas que tendrá que resolver.
Una bonita historia en la que vamos creciendo que nuestro rabino, conociéndole, comprendiéndole y poniéndonos en su lugar.
Próxima lectura: Out, de Natsuo Kirino.

lunes, 18 de junio de 2018

El día que se perdió el amor





Continuación de "El día que se perdió la cordura" aunque es verdad que es ahondar más en la historia y que el primer libro podría no tener continuación pero es verdad que deja ahí algo abierto que en esta segunda novela se convierte en una historia igual de intrigante y estimulante que la primera.
De nuevo no me gustaría entrar mucho en la historia porque lo mejor de estos dos libros ha sido no saber nada de ellos y adentrarme por mí misma entre sus líneas, impresionándome y sorprendiéndome de lo que es capaz de narrar este escritor que acabo de conocer. Una historia orginal digna del mejor guión de película.
Ha pasado casi un año de los acontecimientos con los que terminaron la novela anterior y esta vez en la ciudad de Nueva York aparece una joven desnuda con unas notas en su mano. Ests notas van acompañadas de una perfecta espiral y también de un nombre, aunque el inspector Bowring no sabrá que pensar de todo ello y si se trata sólo de una loca o de alguien que le puede llevar a la resolución de uno de los casos más influyente en su vida y de la repentina aparición de un cadáver decapitado, cuya muerte parece haber predicho la joven.
Además, nuestros protagonistas de la historia anterior seguirán teniendo que enfrentarse a sus miedos porque la aparición de alguien de su pasado hará que se vean envueltos en una situación muy difícil de manejar y en la que tendrán que encontrar la fuerza y el coraje necesarios para sobrevivir y salir adelante.
Además, en la novela iremos conociendo lo que ha ocurrido a lo largo de los últimos años con uno de los personajes de la primer libro, hasta conocer cuáles han sido las circunstancias que han llevado al momento actual.
Una novela apasionante que no puedes dejar de leer. Trepidante y apasionada, en la que el amor será lo que mueva a los personajes. Te perderás en sus líneas sin darte cuenta y corriendo en la historia por saber qué es lo que va a pasar al final y con el miedo de que no sepan manejar la situación y no vean lo que está ocurriendo. Tres días me ha durado el libro.
Próxima lectura: El rabino, de Noah Gordon.

martes, 5 de junio de 2018

El día que se perdió la cordura




Se me van acumulando los libros a leer, la lista de deseos cada vez es más amplia y no me da tiempo a leerme todo lo que quiero, por eso muchas veces me leo algún libro cuando ya han pasado hasta años desde que fueron un éxito en su momento. Con este libro veía que me iba a pasar algo parecido así que cuando salió a la luz la continuación, decidí que era el momento de adentrarme en su lectura. Aunque este primer libro creo que es bastante concluyente y si algún posible lector decide no leerlos seguidos, se podría hacer. En mi caso era casi una necesidad seguir con la novela.
No me gustaría hablar mucho del contenido para no contar más de la cuenta. Cuando alguien me habla bien de un libro no pregunto de qué va, simplemente me lo apunto y me leo la contraportada como mucho, porque ya con eso y con los comentarios favorables, espero que me llegue para adentrarme en su lectura. Así que con esta novela ha sido exactamente igual y por tanto no me gustaría adelantar mucho.
En diciembre de 2013 aparece un joven, desnudo, por las calles de Boston portando en una de sus manos la cabeza decapitada de una joven. Serán el Doctor Jenkins, psiquiatra del centro donde le internan, y la agente del FBI Stella Hyden, los encargados de entender y sacar la información a este hombre para saber qué es lo que ha ocurrido para que aparezca con una cabeza entre sus manos.
Nos encontramos con una historia en varios espacios temporales, por una lado la ciudad de Salt Lake hace diecisiete años, que es donde parece que empiezan todos los acontecimientos; el presente actual donde tanto el doctor como Stella tratan de adentrarse en la mente del supuestamente asesino y psicópata; y los días previos a este suceso, donde vemos a dos personajes que tienen mucho en común y que sin saberlo persiguen el mismo fin.
Creo que todo esto es más que suficiente para adentrarnos en una trepidante novela que no podrás dejar de leer, con cada capítulo dejándote con el corazón palpitando, con mil sensaciones y sin saber hasta el final qué es lo que va a pasar.
Próxima lectura: El día que se perdió el amor, de Javier Castillo.

domingo, 3 de junio de 2018

Riña de gatos



Eduardo Mendoza nunca decepciona, su forma de escribir y su humor son únicos en la literatura actual y este libro es un claro ejemplo. Aunque todo alrededor sea caos y confusión, él siempre mostrará la cara amable y, en algunos casos, cómica de la vida.
Anthony Whitelands es un inglés experto en pintura española, un enamorado de Velázquez, que el destino hace que llegue a Madrid en tren en el año 1936, en una época en la que todos están enfadados con todos y todo está a punto de romperse y comenzar el mayor conflicto de este país. Su misión es autentificar unos cuadros e intentar conseguir por ellos el suficiente dinero para poder huir el Duque de la Igualada y su familia de España. Pero lo que parece un encargo sencillo se va complicando con la entrada en escena de multitud de personajes, entre ellos un joven Jose Antonio Primo de Rivera.
Anthony, enamorado de España y su pintura, vivirá en primera persona los meses previos al comienzo de la Guerra Civil. Sus contactos con la embajada, su amistad, casi si querer, con Primo de Rivera y su amistad con el duque de Igualada y su hijos, harán que se encuentre en medio de todos ellos. Todos quieren saber información de los demás y le tendrán a él como si fuera un espía en medio de una misión. Todo muy paradójico cuando estamos ante un simple catedrático que sólo quiere disfrutar del Museo del Prado y volver a Londres cuanto antes. Pero sus pericias le llevarán a más de una aventuras, muchas de ellas inverosímiles y que dejarán al lector con una sonrisa en la boca.
Eduardo Mendoza sabe combinar perfectamente el humor y el drama en su novelas, y al mismo tiempo enseñarnos la realidad de una sociedad en un año muy difícil para todos.
Nuestro joven inglés protagonista de la novela vivirá mil y una aventuras y estaremos a lo largo de este libro con el corazón en un puño sufriendo por él y esperando que que no le pase nada.
Esta novela fue premio Planeta en 2010 aunque no solo por eso merece ser leía. Es Eduardo Mendoza un escritor único e incomparable, y esta novela es un claro ejemplo.
Próxima lectura: El día que se perdió la cordura, de Javier Castillo.