domingo, 12 de noviembre de 2017

Los pacientes del Doctor García




Almudena Grandes es una de mis escritoras preferidas. Sus libros son auténticas obras de arte, no defraudan y esta serie de "Episodios de una guerra interminable" enseñan tanto sobre una parte oscura de nuestra historia que es imposible no perderse en sus líneas. Digo una parte oscura porque durante los cuarenta años que duró la dictadura en España vivimos en un aislamiento absoluto tanto dentro como hacia fuera y cuando todo terminó se prefirió olvidar a recordar y sacar a la luz las barbaridades que habían ocurrido.
Durante la Guerra Civil Guillermo García Medina trabaja como médico en el Hospital San Carlos. Aunque es republicano no está luchando en el frente, sino salvando vidas en el hospital y es así como salva la vida de un infiltrado del gobierno de Negrín. Cuando la guerra está a punto de terminar, Manuel Arroyo Benítez, al que salvó la vida, le proporcionará una nueva identidad que le permitirá sobrevivir en un Madrid en el que si eres republicano acabas en la cárcel o algo peor. Por eso tendrá que empezar de cero, olvidar la medicina y buscarse un hueco en esta triste sociedad que es ahora Madrid.
Años después, Guillermo, ahora Rafael, ha conseguido que los comunistas que luchen desde el interior cuenten con él y podrá ejercer la medicina en la clandestinidad. Siente que por fin está haciendo algo para no mostrarse satisfecho con la España actual y en este momento aparece de nuevo Manuel en su vida, esta vez con una misión muy importante y peligrosa ya que debe infiltrase en una asociación clandestina, dirigida por Clara Stauffer, que se dedica a la evasión de nazis criminales de guerra, ayudándoles a llegar hasta Argentina. La labor de Manuel será poder demostrar todo esto para poder denunciarlo ante las Naciones Unidas y que finalmente acaben con Franco y su dictadura.
Aunque Manuel y Guillermo son personajes creados por Almudena Grandes, lo que se narra en la novela es real. La red clandestina de Clara Stauffer, española y alemana, falangista y nazi, es real y efectivamente durante los juicios que hubo después de la Segunda Guerra Mundial, muchos de los nazis juzgados desaparecieron y alguno de ellos apareció en Madrid con el conocimiento de Franco y sus amigos porque de hecho muchos de ellos siguieron utilizando su verdadero nombre y no un seudónimo. Estos mismos nazis se quedaron en España y otros viajaron hasta Argentina gracias a las buenas relaciones de España con la Argentina de Perón.
De nuevo un libro imprescindible para conocer la verdad de unos años totalmente oscuros de España y que nunca habría que olvidar.
Próxima lectura: El último pasajero, de Manel Loureiro.


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