jueves, 21 de enero de 2016

Las partículas elementales



Houllebecq es uno de los escritores que más me gustan, uno de los más representativos de la literatura actual, un escrito que es imposible que deje indiferente y que produce en el lector o una gran aversión o una gran admiración, y este es mi caso. Me gusta mucho su forma de escribir y contar las historias, la forma de mezclar lo que parecen locuras con todo un despliegue de cultura en todos los ámbitos: científico, literario, cinéfilo... Además, me gusta la forma tan real de contar cualquier tema sexual, con todo lujo de detalles.
En esta historia nos encontramos con dos hermanos muy diferentes. Son sólo hermanos de madre pero ninguno de los dos ha tenido ninguna relación con sus progenitores y son criados por sus respectivas abuelas. Cuando casi están en la adolescencia se conocen y aunque se ven poco, empiezan una relación amable y respetuosa. Pero estos dos hermanos son el día y la noche. Michel es un científico excelente en su campo, aislado del mundo y de los sentimientos, que decide tomarse una excedencia en la que no sabe muy bien qué hacer ni cómo vivir una vida normal. Y Bruno está obsesionado por todo lo sexual desde su más tierna adolescencia; profesor de literatura divorciado y con un hijo con el que no tiene ninguna relación. Los dos se encuentran en los cuarenta con vidas muy distintas a las que se imaginaron, con una gran amargura y tratando de ser algo felices.
A lo largo de las páginas de esta novela vamos conociendo aspectos de sus vidas desde el nacimiento hasta la madurez; las distintas etapas de su vida, unas más amargas que otras y cómo van superando los acontecimientos que han ido marcando su existencia.
Conociendo un poco la vida de Houllebecq este libro tiene un poco de autobiografía, o por lo menos son muchos los aspectos coincidentes con uno de los protagonistas. Lo que sí es cierto es que fue su primer escrito que tuvo éxito y a través del cual hemos podido conocer a este gran escritor.
Próxima lectura: Viajo sola, de Samuel Bjørk.

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