domingo, 28 de mayo de 2017

Los príncipes nubios



Acabo de leer que en este libro el narrador nos cuenta la historia desde el cinismo y la indiferencia y es totalmente cierto porque lo que narra parece increíble que lo cuente de la forma en que lo hace, llamándose a sí mismo salvador de vidas y de almas.
Moisés nos cuenta en primera persona a lo que se dedica: salvador de vidas. Se trata de encontrar entre los vertederos y la máxima miseria humana, la belleza más exquisita. Así nos cuenta como pasa de animador cultural en los suburbios de Bolivia a encontrar la belleza entre vertederos de Brasil y demás países así como en las pateras que llegan a las costas españolas. Los ejemplares más bellos y exquisitos serán llevados ante los organismos del Club Olimpo donde los convertirán en dioses del sexo, haciendo ganar un montón de dinero tanto a ellos como al Club y por supuesto a quién los trae. Moises se convierte en un experto en encontrar a estos bellos especímenes, hombres y mujeres, que solo querrán salir de la mísera vida que llevan, sin entender muy bien si la oferta que les ofrecen es mejor o no.
Nuestro narrador también nos cuenta su infancia y adolescencia en Sevilla, quizá tratando de dar sentido a lo que se ha convertido, ya que no tiene ningún tipo de sentimiento hacia lo que hace, no siente amor ni pena, tan solo cree que está salvando sus vidas y dándoles una alternativa mucho mejor. Pero la búsqueda de un bello inmigrante en Málaga le lleva a replantearse todo lo que rodea al Club y querer terminar con todo esto.
Es una novela sorprendente, nunca había leído algo parecido lo cual es un regalo. La forma en que está escrito, sin aparentes sentimientos y con indiferencia, hace que sea el lector el que se interese por los personajes, haciéndoles sentir lo que el narrador trata de evitar.
Próxima lectura: El poder del perro, de Don Winslow.

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