sábado, 17 de febrero de 2018

Quien pierde paga



Estas pasadas Navidades me encontré entre mis manos con el tercer libro que ponía fin a la trilogía de Stephen King que había comenzado con Mister Mercedes. No sabía que se había convertido en una trilogía así que me vi en la obligación de adquirir el segundo libro y ver qué ocurría esta vez con nuestro policía retirado favorito.
John Rothstein en un escritor de culto, creador del personaje de Jimmy Gold, que vive retirado desde hace muchos años de la vida pública y que no ha vuelto a escribir nada más. Pero los rumores dicen que en su caja fuerte guarda, además de mucho dinero, unos cuadernos con otros libros o quizá la continuación de las aventuras de Jimmy Gold. Morris Bellamy quiere hacerse con este botín por lo que entrará a robar a Rothstein y se hará con su valioso tesoro pero ¿y ahora qué va a hacer? ¿le buscarán para quitárselo? Así que decide enterrar su preciosa adquisición, pero esa misma noche cometerá otro crimen que le hará entra en la cárcel de forma inminente y permanente.
Más de treinta años después, Peter Saubers, un adolescente, encontrará este tesoro en un momento en que su familia está al borde del divorcio y de la quiebra, por lo que él solo intentará sacar utilidad al tesoro encontrado para poder salvar a su familia. Lo que Peter descubrirá de forma cruel es que tanto él como su familia se encuentran en peligro ya que Bellamy ha conseguido salir de la cárcel.
La casualidad hace que nuestro ex policía retirado, Bill Hodges, conozca este peligro y junto con Holly y Jerome, de nuevo se embarquen en una nueva aventura para intentar salvar al chico y a su familia y descubrir todos los secretos que han estado treinta años enterrados.
De nuevo Stephen King nos adentra en una historia de la que ves imposible levantar la vista. Con una larga introducción vamos conociendo todos los hechos y a los personajes, para después meterte de lleno en una historia trepidante, una carrera en la que hay mucho que perder. Porque, como dice Jimmy Gold en sus novelas "no hay mierda que importe una mierda".
Próxima lectura: Media vida, de Care Santos.

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