Una novela romántica muy bonita que sin embargo he estado a punto de dejar de leer unas cuantas veces: demasiadas cosas y personas en contra para nuestros protagonistas, unido a que no me he sentido muy identificada. Por suerte, el libro tiene un bonito final feliz, digno de esta clase de novelas.
Lilian se encuentra por casualidad en un tren con Andrés, su gran amor de la época universitaria que se marchó a Londres y con el que perdió el contacto. Sus vidas han cambiado mucho, ella está casada, lo que a primera vista parece un matrimonio perfecto y él ha dejado de deambular por el mundo y está centrado en el negocio familiar. Aunque en su época de estudiantes lo suyo no pasó de una gran amistad, con los años se han dado cuenta de que lo suyo es un gran amor y se dejan llevar por la pasión que les invade, viviendo una gran historia. Pero Lilian, aunque consciente de que su matrimonio es una farsa, decide darle una segunda, tercera y mil oportunidades. Además, no tiene el apoyo de su familia; para su madre lo más importante es el matrimonio bien avenido que tiene antes que la felicidad de su hija, bastante difícil de consentir para un lector simple como soy yo. Por suerte, el marido se deja llevar por su ira y sus ansias de poder, dejando a Lilian con las cosas claras y abriendo los ojos a su familia, que por fin piensa en su hija en lugar de lo que pensarán los demás.
Un bonito final, difícil y dramático llegar a él pero la novela romántica al final no decepciona.
Próxima lectura: En el corazón de los fiordos, de Christine Kabus.
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