miércoles, 20 de marzo de 2019

El rey recibe



Eduardo Mendoza y el placer que da leer sus libros. Es que es empezarlos y ya empieza dentro de ti una sensación maravillosa, súper agradable, empiezas a reírte sin darte cuenta. Porque este escrito es uno de los mejores de escritores de hoy en día y no tiene libro malo. Un verdadero placer.
Rufo vive en Barcelona y trabaja un poco de chico para todo en un periódico. Ha estudiado un tiempo fuera y sus conocimientos de idiomas le ofrecen la oportunidad de cubrir un verano la boda de un príncipe en el exilio con una dama de la alta sociedad. La casualidad, las coincidencias y sobretodo los malentendidos que caracterizan los escritos de este autor, hacen que el príncipe y Rufo se conozcan y comience entre ellos una extraña amistad, porque nada les une y Rufo no es nadie para poder ayudarle. Pero ahí se encuentran ambos, en una España gris y franquista, uno sin reino y otro sin oficio ni vocación.
Rufo se encuentra en un mundo que poco a poco va cambiando y sus ganas de avanzar y conocer algo más le llevarán una vez más a vivir fuera de su Barcelona natal. Se convertirá en testigo de los cambios que se están produciendo, con el movimiento gay, el feminismo, el avance de las grandes potencias. Y él nos irá haciendo partícipes de todos los cambios que están ocurriendo y cómo la sociedad va cambiando. Son tiempos de grandes cambios que se convertirán en el precedente de la sociedad que somos hoy en día.
Este libro es una trilogía, por lo que dejamos a Rufus viviendo lejos de España, con sus contactos con el príncipe, la princesa y parte de su séquito, y sus ganas de ser alguien. Lo que será de él, lo iremos viendo y leyendo en sus siguientes novelas.
Eduardo Mendoza es el escritor más divertido que conozco, no hay libro en el que no termines a carcajadas en algún momento, por lo Gómez-Jurado.

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