sábado, 6 de julio de 2019

Hijos del dios binario




Ambientado en un futuro no muy lejano, esta novela nos adentra en un mundo donde la tecnología está al alcance de todos y donde hay quien prefiere vivir en un mundo virtual a un mundo real, estos son los seguidores del dios binario.
Daniel Adelbert es un buscador (prospector) de piezas antiguas, sobre todo del siglo XX. Lo que ahora necesita son unas vacaciones pero es contratado, o por lo menos eso intenta, Kenzo Inamura, para que encuentre a una persona. En esta búsqueda, Daniel quizá encuentre sus verdaderos orígenes y es por ello que se adentra en esta búsqueda, aunque no resultará nada sencillo.
Alicia Lagos es una periodista que recibe un extraño mail de un ex novio de Londres. Lo trágico de todo es que al día siguiente de recibir este mail, su amigo fallece y ella empieza a pensar que quizá este relacionado con la información que le ha enviado. Es así como intentar descubrir qué hay detrás de un orfanato de Irlanda y qué es el Proyecto Zeitgeist.
Los caminos de Alicia y Daniel se cruzan ya que sin saberlo intentan descubrir lo mismo. Pero en este nuevo escenario virtual y futurista, los enemigos no solo los encuentras cara a cara, sino también en el mundo virtual y será muy difícil poder confiar en nadie.
La novela es trepidante. Te mantiene en vilo todo el rato, queriendo unir los hilos y los puntos, Al final, todo círculo se cierra y la conclusión aparece tan fácilmente ante los lectores que es maravilloso cómo consigue atraer toda la atención hasta el final.
Me ha gustado muchísimo, sobre todo porque el mundo que describe es un escenario al que perfectamente podemos llegar en muy pocos años.
Próxima lectura: La mujer en la ventana, de A.J. Finn

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