lunes, 27 de octubre de 2014

Juntos, nada más


 
Este es, sin duda, el mejor libro que me he leído este año. Me he quedado con un gran vacío al acabarlo, pero al mismo tiempo muy feliz y satisfecha. Con novelas tan maravillosas como ésta merece la pena dedicar cualquier minuto del día a leer. Precisamente, este libro lo he devorado en muy pocos días, intentando avanzar rápidamente en la historia para ver qué sucedía con estos personajes que me han enamorado.
Nos encontramos con cuatro protagonistas, muy distintos entre día y con una gran carga a sus espaldas. Todos han sufrido mucho en sus vidas y está totalmente perdidos y atrapados en un presente en el que no ven ningún futuro. Camille vive en una pequeña buhardilla, pasando mucho frío, sin apenas comer y teniendo abandonada sus gran pasión que es pintar. El destino hace que se encuentre con un vecino, Philibert, descendiente de la alta aristocracia francesa, gran amante de la historia, que vive en una enorme casa pendiente de un embargo. Con él convive Frank, cocinero que se mata literalmente a trabajar y que vive preocupado por su abuela, Paulette, ya que es el único miembro de se familia que se ocupa de ella y debido a su edad la ha tenido que dejar en una residencia, algo que a los dos los está destrozando. Cuatro personajes que formarán una gran familia bastante atípica; se tienen sólo los unos a los otros y van aprendiendo a superar sus problemas apoyándose entre ellos.
Una historia maravillosa, preciosa, divertida y al mismo tiempo triste. Un libro que me ha dejado con ganas de más. ¿Qué se puede leer después de una experiencia como ésta? He descubierto a una gran escritora, espero volver a leer algo de ella porque estoy segura de que no me defraudará.
Próxima lectura: ¿Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy.


               

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