miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Acaso no matan a los caballos?




La novela negra me atrae muchísimo, esos escenarios deprimentes, con personajes que quieren ser alguien y ganar dinero pero que no llegan a nada, todo esto en un ambiente triste y apagado que deja un sabor amargo y al mismo tiempo muy enriquecedor lingüisticamente hablando.
Esta es sin duda una de estas novelas, ambientada en el Hollywood de los años 30 la trama se centra en un concurso de baile en el que gana la pareja que aguante más tiempo bailando. Aunque desde el primer momento nos damos cuenta de cuál es la situación de uno de nuestros principales protagonistas y se deja entrever qué ha ocurrido con otro de ellos, no voy a desvelar nada de eso. Dos jóvenes que quieren triunfar en el mundo del cine, uno como actor y otro como director, se encuentran en un casting y deciden ganar algo de dinero participando en un concurso de baile, donde esperan que aparezca algún director o cazatalentos y consigan sus sueños. El concurso de baile en sí es todo un personaje, con sus abusos a los participantes, chantajes, todo un show. Y entre las parejas que participan también se dan todo tiempo de situaciones. Todos deseosos de ganar dinero o de huir de la vida que llevan y que, por desgracia, seguirá cuando acabe el concurso.
Una pena que sea una novela tan corta, pero es tan intensa y estupenda que no defrauda en ningún sentido. Gran género literario éste y gran ejemplo en este libro, un clásico de obligada lectura.
Próxima lectura: El sueño eterno, de Raymond Chandler.

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