Mientras veo engancha la primera temporada de la serie House of Cards sobre un congresista de Estados Unidos loco por el poder, cae en mis manos este libro que también se desarrolla en Washington, no exactamente igual que la serie pero sí como una historia detrás bastante interesante.
Harry está todavía en su último año en el M.I.T. cuando contactan con él para ofrecerle trabajo en un departamento que no existe, con unos jefes que no existen y bajo las órdenes de nadie. Prestan servicio y apoyo a diversas instituciones y su centro de operaciones está en Washington. Lógicamente la idea le atrae, salvo por lo de tener que ocultar a todo el mundo cuál es su verdadero trabajo. En una de sus misiones intentan desenmascarar a un joven congresista de moda que parece que tiene una relación extraña con una empresa de seguridad. Por ese motivo Harry logra incorporarse al grupo de trabajo del congresista para conseguir las pruebas necesarias pero con lo que no contaba era con enamorarse de Victoria, la guapa y joven mujer del congresista.
La historia de amor preciosa, pero lo que hay detrás mucho más. Una historia muy interesante, con persecuciones y misterios por resolver. Un libro muy ameno con el aliciente que siempre la da una bonita historia de amor, con sus momentos buenos y manos. Me ha encantado el libro, lo recomendaría sin dudarlo.
Próxima lectura: La suerte de los irlandeses, de J.L. Rod.
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