domingo, 15 de febrero de 2015

Nada más verte



Me gustan las novelas románticas, todo un género literario de masas aunque parezca que se acaba de poner de moda. Las prefiero a las películas de amor, la forma en que se expresa en un libro no es comparable con una película: en los libros conocemos mejor a los personajes, sus sentimientos y pensamientos, su evolución. Y la imaginación nos lleva muy lejos... Son uno género literario que me encanta.
Con el magnífico escenario de la Universidad de Oxford, el profesor de Historia Antigua, Stephen Allen, ve como su pequeño mundo se pone patas arriba cuando una serie de robos en la Universidad obligan a la inspectora Georgina Taylor a infiltrarse y hacerse pasar por su sobrina, con lo que tiene que vivir en su casa. La convivencia para alguien acostumbrado a la soledad se convierte en un suplicio pero poco a poco se irán amoldando el uno al otro hasta tal punto que cuando ella debe viajar unos días en busca de más pistas se echarán de menos el uno al otro. El amor y la pasión, como no podía ser de otra manera, aparece bruscamente, pero son de mundos tan distintos que no saben si el amor podrá prevalecer.
Me hubiera gustado que la historia se alargase un poco más; los robos, misterios y el descubrimiento de quién está detrás de ellos se resuelve muy rápidamente. El libro está más centrado en la parte sentimental de la historia y con un misterio de por medio podría haber sido más interesante. Aún así, lo he disfrutado mucho.
Próxima lectura: Donde empieza todo, de Anna Casanovas.

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