miércoles, 9 de noviembre de 2016

Un otoño romano



Roma es una ciudad impresionante, nadie se queda indiferente ante tanta belleza. Tras cualquier esquina puedes encontrar algo que te deje sin palabras, y además el Vaticano nos sorprende con multitud de obras de arte de los mejores autores de todas las épocas, desde romanos a renacentistas y barrocos.
Si ya de por sí me sentía enamorada de Roma, tras leer esta novela tengo una necesidad imperiosa de volver a visitarla. Tengo la impresión de no haberla aprovechado como debería y eso que las dos veces que he estado nos hemos pateado la ciudad de arriba a abajo aunque ahora veo que lo más característico lo tenemos visto pero nos queda mucho por ver ya que cualquier pequeña iglesia te puede sorprender con una escultura o fresco de algún gran escultor o pintor conocido o no.
Javier Reverte nos retrata Roma como un diario durante aproximadamente tres meses: sus paseos por la ciudad y sus comidas y bebidas que va disfrutando con ella. A modo de diario nos cuenta sus andanzas diarias, las personas que va conociendo, nos enseña cómo ama a la ciudad y además nos muestra lo que otros autores opinaron de Roma. Son muchos los escritores que disfrutaron también de la ciudad y que desearon plasmar sus experiencias en muchos libros. Javier Reverte nos enseña también lo que estos autores aman de la ciudad, cómo la vivieron en su momento y cómo ha cambiado a lo largo de los siglos, aunque su singular belleza sigue como siempre.
El paseo a través del Foro romano es espectacular,  con el Coliseum al fondo; vas caminando por allí y pensando que todo eso ha ocurrido hace muchos siglos y que por suerte podemos seguir disfrutándolo. Roma fue centro del mundo y su belleza sigue vigente en toda ella. Las ruinas no los parecen porque siguen conservando toda su fuerza y podemos imaginar cómo fue este Imperio.
El Vaticano encierra muchas obras de arte, principalmente de Miguel Ángel y Rafael, la Capilla Sixtina y los frescos de las distintas salas nos ofrecen sus muchas y bellas obras de arte. La Piedad de Miguel Ángel que podemos apreciar en San Pedro es de una belleza sobrecogedora, su visión deja sin palabras a todo el mundo.
Se podría hablar y escribir sobre Roma durante muchísimo tiempo. Este libro te ayudará a apreciarla más si ya la conoces y te hará ir a ella si no tienes la suerte de haberla visitado. Una bella lectura sobre una de las ciudades más bonitas del mundo.
Próxima lectura: El aroma del crimen, de Xabier Gutiérrez.

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