miércoles, 29 de junio de 2016

Cartas a una extraña


Berta vuelve a Madrid y a la que fue su casa familiar tras quince años desde que se marchó y debido al fallecimiento de su madre. Esta muerte no la provoca ningún tipo de pena ni dolor: su madre fue una mujer fría y distante que nunca mostró ningún tipo de cariño por ninguna de sus hijas. Yolanda, la mayor, se convirtió en una mujer fría y malévola, mientras que Berta se encerró en si misma hasta que a los diecinueve años decide marcharse para no volver. Sólo muestra alegría por reencontrase con Teresa, fiel sirvienta de su madre y que fue la única que la quiso durante su infancia.
Son días difíciles para Berta porque además va descubriendo los últimos acontecimientos que ocurrieron en su familia y que marcaron su últimos años. Intentando descubrir la verdad en todos ellos descubrirá escondidas unas cartas que nunca llegaron a su destinatario. Son cartas de amor escritas hace muchos años pero que a Berta consiguen llegar al corazón. La sensibilidad y profundidad de los sentimientos de la persona que escribe despertarán en Berta un amor que pensaba que nunca le ocurriría a ella. Será difícil conocer qué ha ocurrido en esos años alejada de Madrid pero poco a poco llegará a la verdad.
Un libro un poco frío, parecía más interesante de lo que al final ha sido, no muy creíble en muchos casos y difícil de ponerse en el lugar de la protagonistas. No ha terminado de llenarme. En cualquier caso entretenido y para mí un libro siempre es algo maravilloso por lo que este también lo será aunque no haya llegado a mi corazón como me hubiera gustado.
Próxima lectura: El amante japonés, de Isabel Allende.

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