Con lagrimas en los ojos y un gran nudo en la garganta, terminé de leer esta maravillosa novela. Un libro que te atrapa desde el principio, breve pero intenso.
Jimena siente que ha llegado el momento de contarlo todo, de contar su historia, sus sentimientos y a modo de diario le escribe una larga y emotiva carta a su madre. Rodeada de un montón de hermanos, nunca ha tenido el cariño y la relación que hubiera querido tener con ella y aunque la larga carta parece un reproche, en realidad no lo es, sólo está tratando de explicar por lo que ha pasado en su vida y lo sola que se ha sentido en algunos momentos.
Su vida la vamos descubriendo a medida que nos adentramos en la novela, sus sentimientos, sus anhelos y esperanzas, sus miedos e inquietudes. Conocemos lo que ha sido su vida y lo que hubiera querido que fuera y cuáles son los motivos que le llevan a actuar como lo hace, por qué huye.
Este estupendo libro no se merece que cuente nada más, cada uno debe leerlo con la intensidad que se merece e ir descubriendo todo lo que ofrece. Una obra estupenda, para releerla una y mil veces. Un gran libro para acabar el año.
Próxima lectura: Calle Dublín, de Samantha Young.
No hay comentarios:
Publicar un comentario