Esta novela es una gran historia de amor, emotivo y especial, un gran libro que he devorado en dos días. El amor es algo a lo que no se puede renunciar, no es algo racional, sino que los sentimientos se apoderan de ti de tal forma que no puedes evitar lo que en ese momento estás sintiendo y hay que dejarse llevar por esos sentimientos, viviéndolos intensamente. Este libro trata sobre esto.
Rebeca vive una vida que no es la que ella quiere, pero no lo sabe. Está prometida con el hijo del socio de su padre, mucho mayor que ella y cree que el amor es lo que siente hacia él. Cuando acaba sus estudios es arrastrada por sus amigas a un viaje que las lleva a Escocia. Allí, en un pequeño pueblo cerca de Inverness, la casualidad hace que conozca a un guapo escocés. Aunque Rebeca sea reacia a poner nombre a lo que siente, la realidad se impone y un gran amor surge. Los problemas vendrán cuando tenga que volver a su casa a enfrentarse a lo que ha dejado.
De nuevo ha caído en mis manos un libro ambientado en Escocia, los escenarios y ambientes, las visitas que hacen las tres amigas, se parecen mucho al viaje que hice hace un par de años, incluso el whisky que beben es de la misma fábrica que nosotros visitamos y alguna botella trajimos. Una casualidad tan agradable que ha hecho que el libro me guste mucho más de lo que ya me ha gustado.
Una gran novela de amor, con una descripción fantástica de los sentimientos de los personajes; me he sentido estupendamente bien leyéndolo y avanzando en la historia, esperando con ansia el final feliz que todo gran libro como éste merece.
Próxima lectura: En un rincón del alma, de Antonia J. Corrales.
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