lunes, 17 de diciembre de 2018
Fin de guardia
Este fue el libro que me regalé por mi cumpleaños. Han pasado tres meses hasta que lo he leído pero me es difícil cambiar mis costumbres y los libros van cayendo por orden de llegada, así que he tardado en conocer el fin del desenlace de esa fantástica biografía. Mi primera incursión en los libros de Stephen King ha sido más que satisfactoria.
En este último libro nuestro inspector retirado Hodges sigue con su agencia de investigación junto con Holly, fiel compañera de aventuras. De repente todo cambia cuando le diagnostican una grave enfermedad y al mismo tiempo se suceden una serie de aparentes suicidios que de alguna manera están relacionadas con Brady Hartsfield, Mister Mercedes, que en teoría se encuentra en estado vegetativo en un centro psiquiátrico.
Hace mucho que Hodges no se pasa a ver a Mister Mercedes por el hospital, pero ya las últimas veces los rumores decían que podía mover cosas. ¿Se estaría recuperando? ¿Está fingiendo para no ser juzgado? Lo que el inspector no sabe es que hay un nuevo médico que está experimentando con él y que de alguna manera ha conseguido despertar y ser totalmente consciente de su vida y de cómo salir de este estado.
Hodges debe someterse a tratamiento sin falta pero antes dispondrá de tan solo tres día para intentar entender qué es lo que está pasando. Qué hace que gente aparentemente feliz acabe suicidándose y cómo consiguen entrar en su mente para que eso ocurra. Hasta ahora todas las víctimas están relacionadas con el incidente del Centro Cívico pero lo que el asesino pretende es llegar a más gente, a un suicidio colectivo. Ahora tendrán que entender cómo consigue entrar en la mente de las personas y controlarlas alguien que en teoría está en estado vegetativo.
Una carrera contrarreloj para poder salvar vidas en la que Hodges no estará solo, sus amigos le apoyarán y le acompañarán hasta el final, hasta el fin de su guardia.
Próxima lectura: La ruta prohibida y otros enigmas de la historia, de Javier Sierra.
miércoles, 12 de diciembre de 2018
Manual para mujers de la limpieza
Esta escritora parece que ha sido reconocida hace poco, y además, después de su muerte, lo cual es casi ilógico tras la lectura de estos cuentos. Este libro se compone de una serie de relatos de la escritora, en algunos casos largos cuentos y otros algo más breve pero todo ellos muy intensos.
En tus relatos plasma parte de su vida y están casi todos ellos relacionados entre sí. El alcohol y el alcoholismo de algunos de los personajes son fiel reflejo de sus propios problemas con el alcohol y las consecuencias que tiene tanto en uno mismo como en las personas con las que viven o se relacionan. Además nos muestra lo dura que es a veces la relaciones entre las personas, entre familiares o simples conocidos y las relaciones con los hijos y lo duro que es salir adelante en un mundo muy cruel en ocasiones.
Lucía Berlin tuvo cuatro hijos, se caso varias veces y fue alcohólica. Todo esto vuelca en su obra una serie de cuentos duros y amargos, sin apenas dulzura o calidez, porque en realidad este es un mundo cruel. En estos cuentos vemos todo esto con una madre joven sacando adelante a sus pequeños hijos, una hermana que se está muriendo y a la que quiere acompañar en los últimos años de su vida y en el que vemos lo difícil que es morir y sobrevivir, una difícil relación con una madre alcohólica, o lo que supone vivir fuera de tu país e intentar salir adelante.
Creo que todos estos cuentos son realmente maravillosos, duros pero reales, y Lucía Berlin es una escritora recién descubierta por mí a la que merece mucho la pena leer.
Próxima lectura: Fin de guardia, de Stephen King.
lunes, 3 de diciembre de 2018
Llamadme Alejandra
Me encantan los libros históricos. Son mi debilidad. Aunque los prefiero en forma novelada y este se queda justo a la mitad entre historia y novela porque narra la vida de los últimos Romanov pero además está escrito como un cuento en el que vamos conociendo a Alejandra y su vida cuando se casó con Nicolás, el heredero al trono ruso.
Alejandra es nieta de la gran reina Victoria de Inglaterra, una de sus nietas preferidas y Alejandra está muy unida a su abuela, sobre todo cuando siendo muy niña perderá a su madre y más tarde a su padre. Ha tenido una infancia feliz con todos sus hermanos y hermanas y se siente querida por sus padres. El fallecimiento de su madre le marcará toda la vida y siempre echará de menos su cariño pero la vida sigue y cuando una de sus hermanas se casa con un Romanov, conocerá a Nicolás. Entre ellos comienza una amistad por carta que derivará en un gran amor y respeto y que hará que, aún con la oposición de casi todos, les lleva a uno de los matrimonios más felices de las realezas de la época.
Alejandra está recordando todo esto mientras van trasladándose por Rusia pensando en su exilio, sin saber dónde van a terminar y qué les deparará el futuro. Ella solo quiere vivir tranquila junto a su marido y sus adorados hijos pero su vida nunca ha sido fácil. Con sus hijas haciendo preguntas, sigue inmersa en sus pensamientos y en lo que ha sido su vida desde que se casó con Nicolás. Nunca la entendieron y la trataron como una extranjera pero ella solo quería estar tranquila, tan alejada de la imagen de la zarina María que era muy extravagante, pero Alejandra, siempre fue más introvertida y tranquila. Ella siempre se sintió rusa y quiso a su pueblo, pese a lo complicado que se lo ponían, además no entró en política ni trató de interponerse entre su marido y su amada Rusia, para ellos, su pueblo era lo más importante. Y vivió con agonía muchos años hasta que consiguió dar un heredero al trono ruso, y aún con eso, no lo tuvo nada fácil, debido a la enfermedad del pequeño.
Al final, los acontecimientos y la rebelión de principios del siglo XX, harán que Nicolás abdique en favor de su hermano Miguel pero aún así, jamás podrán salir del país.
Una buena novela para conocer un episodio importante de la historia rusa, y además escrita de forma admirable por una gran escritora.
Próxima lectura: Manual para mujeres de la limpieza, de Lucía Berlín.
jueves, 22 de noviembre de 2018
El club de los viernes
He leído muchas cosas buenas de esta novela así que cuando por fin ha caído en mis manos, no ha sido una sorpresa que me haya encantado. Aunque si lees algo de ella se puede pensar que quizá sea algo moña y que no va a sorprender nada, en realidad no es así. Aunque al final hubiera querido que fuera un tópico total... Hay que leerla para comprenderlo.
Georgia Walker lleva una tienda de lanas que se ha puesto muy de moda en Nueva York. Con una hija de doce años y un negocio que va viento en popa, parece que ha tenido mucha suerte en la vida, pero en realidad es una luchadora que ha conseguido salir adelante y ser una empresaria de éxito. Cuando su novio James la abandonó embarazada, pensaba que su experiencia en la gran ciudad había terminado pero por suerte para ella conoció a Anita que la ayudó con sus primeros encargos. Anita se convierte en su fiel amiga y apoyo y gracias a ella consigue salir adelante con un bebé y con una nueva vida de empresaria. Ahora el tiempo ha pasado y James aparece de nuevo, quiere ser el padre que nunca fue y recuperar la confianza de Georgia, pero ha pasado mucho tiempo y Georgia no quiere perdonarle ni pasar página.
Su negocio lo es todo para ella y sin apenas planearlo se crea entre sus clientes un club que se reúne los viernes por la tarde para hacer punto y hablar de sus cosas. Entre ellas empieza a formarse un vínculo especial, encontrarán amistades donde no creían hallarlas y comenzarán a abrirse unas con otras y en su vida personal. Porque son muy diversos los motivos que les ha hecho encontrarse en la tienda de Georgia pero una casualidad maravillosa el formar parte de ese club en el que cosen, comen y se desahogan. Este club será muy importante para Georgia y su principal apoyo cuando necesite toda la ayuda posible para superar los problemas que se le presentan.
Esta novela es un claro ejemplo de fuerza y lucha, de perseguir los sueños y no rendirse ante las adversidades, de no pensar que no se puede sino de tirar hacia adelante y hacerlo, sin mirar atrás y con fuerza y ánimo. Y es una novela sobre el amor, el amor fraternal, el de las mejores amigas, el de las parejas que siempre se han amado... Es un libro precioso y dulce pero con un final duro y agridulce. Sorprendente en este tipo de novelas que parecen todas iguales.
Próxima lectura: Llamadme Alejandra, de Espido Freire.
jueves, 15 de noviembre de 2018
El cielo es azul, la tierra blanca
Qué forma tan distinta tienen los escritores japoneses de contarnos las historias. La forma en que la novela se desarrolla y cómo se relacionan los personajes es muy distinta a otros escritores, y es algo único y refrescante, una nueva forma de ver el mundo a través de sus ojos.
Tsukiko tiene cuarenta años, está soltera y lleva una vida solitaria. Un día cualquiera se encuentra por casualidad en una taberna con un antiguo profesor suyo del instituto. Ni siquiera era uno de sus profesores favoritos pero le sorprende que pidan casi lo mismo en la taberna y que tengan gustos tan similares pese a los años de diferencia que hay entre ellos. Tsukiko y el Maestro se irán encontrando de forma casual en esa misma taberna, en otras, irán entablando conversaciones, quedarán para hacer cosas juntos, y casi sin darse cuenta, se convertirán en grandes amigos y compañeros en esta vida solitaria y triste que parecía que ambos tenían.
Entre ambos surgirá una amistad, un compañerismo sorprendente entre dos personas tan alejadas en edad y sin, aparentemente nada en común, pero para Tsukiko la vida empieza a cobrar algo de sentido y empieza a tener ilusión por algo y el Maestro es una persona tan peculiar y especial que se dejará llevar también por lo que va surgiendo entre ambos.
La historia que se desarrolla entre ellos es tan sensible, dulce y está narrada de una forma tan fina, que es en una auténtica obra de arte. Una maravilla de libro, dulce y sincero.
Poco más se puede añadir salvo dejarse llevar por su líneas y disfrutar de esta bonita historia.
Próxima lectura: El club de los viernes, de Kate Jacobs.
miércoles, 7 de noviembre de 2018
Una tienda en París
Tenía ganas de leer algo de Mâxim Huerta, esa es la verdad, quizá por todo lo que ha acontecido en los últimos meses, con su salida fulminante del Ministerio de Cultura y Deporte. Todo esto hizo que quisiera conocer más a este periodista y su faceta de escritor. No ha escrito sólo un libro, para mí eso demuestra que esta es su verdadera vocación y que seguramente merecería la pena leer algo suyo. Por suerte para mí, y para sus lectores, así ha sido.
Teresa vive una vida triste en Madrid. Criada por su tía tras la muerte de sus padres siendo muy niña, siempre ha estado bajo su sombra y bajo sus normas. Aunque no tenga necesidades económicas, su vida ha estado vacía y gris y pobre de sentimientos y aventuras. No es capaz de tomar decisiones y sabe que esto no debería ser así pero tampoco sabe cómo hacer para cambiarlo todo. Una tarde cualquiera, de un día cualquiera, tropezará con un viejo cartel parisino: Alice Humbert, novedades. Desde ese día siente que algo dentro de ella empieza a tomar forma. Ese cartel se convierte en el centro de su nueva vida y por él y a través de él saldrá de Madrid para instalarse en París y comenzar una nueva vida con una nueva tienda en la que plasmar todos sus sueños.
Pero también este viaje de Teresa es una búsqueda de Alice, de quién fue y a qué dedicó su vida. Gracias a un viejo periodista comenzará a conocer la vida tan fascinante de esta joven del París de los años 20 y de cómo una chica joven y sin dinero pero de gran belleza, se convertirá en el centro de la moda y los pintores parisinos.
Esta novela es de una sensibilidad exquisita, dulce, bella... París enamorará a sus lectores tanto o más que a Alice y a Teresa, cuyos destinos parecen estar unidos desde hace muchos años. Las dos historias son preciosas pero la de Alice tiene un encanto que le hace único. Una preciosa lectura para estos días lluviosos y fríos que nos acompañan.
Próxima lectura: El cielo es azul, la tierra blanca; de Hiromi Kawakami.
domingo, 4 de noviembre de 2018
Tan poca vida
Este es uno de los mejores libros que jamás se escribirán. De un dramatismo y profundidad inmensas, no dejará a nadie indiferente. La vida de cuatro amigos durante décadas en Nueva York es el eje central de esta novela, pero sus miedos y debilidades, será lo que haga que maduren y crezcan a lo largo de su vida.
Jude, Willem, JB y Malcom se conocen en la Universidad el primer año y entre los cuatros crean una amistad y un vínculo irrompible que será una constante en sus vidas. Pero mientras que Malcom y JB provienen de familias unidas en las que son queridos y admirados, Willen y Jude no han tenido la misma suerte y sus infancias y adolescencias han sido duras y difíciles. Ellos cuatro se contarán sus vidas, sus dudas, sus miedos y sus ambiciones, pero para Jude no es fácil salir de su cascarón. Para él, solo el presente es importante, jamás contará nada y, pese a ello, conseguirá poco a poco salir adelante. Su amistad son Willem se convertirá en el centro de su vida, su mejor amigo, que sabrá comprenderle y apoyarle pese a no saber nada de él.
Los años son beneficiosos con todos ellos: JB se convierte en un gran artista, Malcom en un gran arquitecto, Willem será actor y Jude se convertirá en uno de los abogados más temidos de la ciudad. Sus vidas han ido por buen camino. Sus años de amistad les ha marcado de forma positiva, todos se apoyan, hablan entre ellos, se cuentan sus vida, se reúnen siempre que pueden. Han formado una gran familia. Pero los miedos y los viejos fantasmas siempre están ahí.
La novela se va centrando poco a poco en Jude y a través de miradas al pasado, la autora nos muestra quién y todo lo que ha ocurrido en su vida. Nada de lo que os pase por la imaginación se acercará a todo lo que él sufrió y por lo que tuvo que pasar. Esta es una parte importante de su historia ya que irá marcando poco a poco su destino. Pese a sus triunfos jamás conseguirá disfrutar de ellos, y aunque tiene a mucha gente que le quiere y apoya, siempre pensará que no se lo merece.
Esta novela te llega a lo más profundo del alma. Son más de mil páginas que no podrás dejar de leer, aunque muchas veces el sufrimiento y las lágrimas hagan necesario tomar un respiro. Una obra maestra de la literatura actual.
Próxima lectura: Una tienda en París, de Màxim Huerta.
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